EL PRECIO DE LOS ALQUILERES: Un concepto en revisión

Surgen dudas entre economistas y juristas sobre las consecuencias que puede tener una regulación que limite un determinado precio máximo para los alquileres, sobre todo en ciudades como Barcelona o Madrid donde está teniendo los últimos años una repercusión notoria de cara a aquellos jóvenes que quieren independizarse de casa de sus padres, pero se encuentran con alquileres de estudios de 20m2 que rozan los 1.000 euros.

Parece simple que si pensáramos que el arrendador tuviera un máximo para fijar la renta para su arrendatario (“el inquilino”) en función a los metros cuadrados de vivienda pudiera resultar mucho más económico de cara a poder alquilar una vivienda.

El acuerdo de Gobierno PSOE-Unidas Podemos, viene a establecer una regulación de los precios echando el “marrón” al Ministerio de Fomento, por lo que desde el punto de vista de un titular de una vivienda de cara a alquilar o no alquilar, complica mucho más la decisión de ofertar su vivienda en alquiler si va a poder sacarle menos rendimiento, por lo que al poder plantearse no alquilar su vivienda estamos reduciendo la oferta para el consumidor en el mercado.

Desde aquí, queremos ser críticos y si lo analizamos desde el punto de vista de la ley de la oferta y la demanda, podemos observar como en muchas ciudades tras la crisis, el mercado inmobiliario ha estado notablemente parado ante la incertidumbre, ante una sociedad que demandaba más vivienda en este tipo de ciudades masificadas. 

Lo cierto es que si las políticas urbanísticas hubiesen sido más prudentes a efectos de dar una respuesta a lo que coloquialmente conocemos como oferta y demanda, los precios hoy estarían muchísimo más moderados y no tendríamos esta situación de desasosiego en el mercado inmobiliario, produciendo una elevación del precio por la escasez de la oferta y la alta demanda en las ciudades grandes.

Lo cierto, es que al limitar el precio máximo del alquiler,  la oferta disminuye ya que a muchos arrendadores no les va a interesar alquilar su vivienda provocando de tal manera un “racionamiento” en la oferta de viviendas en alquiler. Cuando limitamos algo restringimos mucho, y creemos que cuando alguien le marcan las pautas de lo que tiene que hacer repercute en el mercado.

Por lo que desde aquí, consideramos que efectivamente estamos ante un problema que requiere una solución, una solución que también es política, pero consideramos que en lugar de “racionar” deberíamos optar por una solución en aras de la legislación urbanísticas de las zonas masificadas, poder dar facilidades para poder abastecer de oferta suficiente toda esa demanda que existe en el mercado.

En Barcelona, ya se ha planteado una regulación del precio de los alquileres… ¿realmente está funcionando? 

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